No hay nada más saludable que buscar a un humorista vasco, joven y desprejuiciado, para pedirle que hable en serio de terrorismo. Lo que queda es, casi siempre, comprensible.
No hay nada más saludable que buscar a un humorista vasco, joven y desprejuiciado, para pedirle que hable en serio de terrorismo. Lo que queda es, casi siempre, comprensible.