Durante la pandemia, lo real y lo virtual empezaron a mezclarse. Lo que en principio era impensado –psicólogos online, cumpleaños sin invitados— se empezó a asimilar a un ritmo voraz. Esta es una historia delirante y ansiosa, cercana a la tragedia.
Durante la pandemia, lo real y lo virtual empezaron a mezclarse. Lo que en principio era impensado –psicólogos online, cumpleaños sin invitados— se empezó a asimilar a un ritmo voraz. Esta es una historia delirante y ansiosa, cercana a la tragedia.