Desde el día mismo de su parto, Hernán Casciari carga con una cruz: la de ser hijo de una madre que puede ver el futuro y anticipar antes que nadie felicidades, eventos y, sobre todo, desgracias.
11 de julio, 2011
Desde el día mismo de su parto, Hernán Casciari carga con una cruz: la de ser hijo de una madre que puede ver el futuro y anticipar antes que nadie felicidades, eventos y, sobre todo, desgracias.
Es muy complicado entender la política argentina. O explicarla. Por eso el trabajo de Sabat es tan inmenso: hace 40 años dibuja ese caos nacional y lo entendemos todos.
Los cuentos de José Playo son muy cordobeses, muy entretenidos y muy parecidos a una autobiografía hija del ácido lisérgico. Estos «Personajes imaginarios» son prueba fiel.
La Universidad de Cornell (New York) carga con la tasa de suicidios más alta de Norteamérica. Edmundo Paz Soldán tiene allí una cátedra y nos explica el fenómeno, muy desde adentro.
Había una vez una chica que se ganaba el pan en una agencia de publicidad. Hasta que un día renunció a todo y se fue a vivir a la selva colombiana. Ocho años después, nos lo cuenta.
Gabriela Wiener se encerró un fin de semana en unos talleres vivenciales que prometían acercarla a la visión de su muerte. Entró sin muchas expectativas, pero salió muy muy rara.
Durante 2011 la redacción de Orsai estuvo en una casa que alquilábamos en Sant Celoni. Le pedimos a su dueño, Alexis Racionero, que nos contara la historia de esas paredes.
Un relato de Hernán Casciari que ocurrió en la vida real y dejó al autor expuesto a una tristeza muy parecida a la vergüenza. O cómo se puede beber de la propia medicina.
Nicholas Carr, pensador yanqui, postuló que Internet nos está convirtiendo en imbéciles. Le pedimos a José Cervera que haga pedazos esta afirmación.
Giovanni Guareschi fue un humorista italiano que sobrevivió a un campo de concentración. Encerrado escribió un diario para sus compañeros, pensando que moriría. Este es el prólogo.