Un muchacho duda de la autoridad de un policía porque le parece un potencial secuestrador y decide correr. Pero escapar a toda velocidad es la peor decisión que pudo haber tomado.
Un muchacho duda de la autoridad de un policía porque le parece un potencial secuestrador y decide correr. Pero escapar a toda velocidad es la peor decisión que pudo haber tomado.
Un chico conoce a una chica que perdió su pierna en un accidente. Una noche de borrachera, siente piedad por ella, o algo parecido, y la besa. En la frontera exacta entre la amistad y el deseo empieza la verdadera historia.
Los adultos tenemos la mala costumbre de olvidar la discreción y el decoro para hablar mal del resto. Y cuando eso ocurre a instancias de un niño, el resultado es siempre trágico.
El protagonista de esta historia necesita dinero. Y cuenta con un dato: sus abuelos fueron enterrados con alhajas de oro puro y plata italiana. Así que decide desenterrar a sus muertos, pero se lleva una sorpresa.
Siempre que aparece una nueva historia de Rafa Fernández, sabemos que encontraremos amor, seducción, deseo y sexo. Esta vez, sin ser la excepción, asistimos a un relato que —como el título anticipa— termina mal… y bien.
Este cuento fue escrito hace varias décadas y narra una historia de amor con un par de giros sorprendentes. Lo rescatamos porque, más allá del tono de época, admiramos la maestría literaria que Ricardo Rey Beckford, despliega en este relato invencible.
Después de su trágica muerte, Gilda —la mítica heroína de la música tropical argentina— se convirtió en una santa popular. La que sigue es la fantástica historia del más devoto de todos sus fieles.
Suena el teléfono y una voz alegre y desconocida hace una pregunta que podría cambiar radicalmente el curso de la vida de una familia: «Hola, te llamo porque hay un nene de siete años en adopción. Queremos entrevistarnos con ustedes».
Existen infinitas maneras de reaccionar frente a una traición amorosa, y quizás no todas merezcan ser contadas. Pero aquí hay una que sí. Florencia Romero describe, con buen pulso, el camino hacia la santidad de una mujer engañada.
Además de comprar el libro físico, desde hoy pueden escuchar la primera novela de Carlos La Casa en la voz del locutor Matías Leiva. Una historia que enlaza pasado, presente, amores y frustraciones de un actor que comprueba que veinte años no son nada.